Las elecciones internas del Partido Colorado se realizarán con las tradicionales papeletas en vez de las modernas urnas electrónicas porque estas sofisticadas máquinas son manipulables y, en Paraguay, permiten programar triunfos de candidatos, según algunos derrotados en los últimos comicios municipales del 2006.
Las urnas electrónicas son bellas, luminosas, veloces, modernas, prácticas, facilitan el conteo de los resultados, pueden ser conectadas a Internet para votar a distancia, se utilizan en muchos países y son "chuchis", aseguran sus defensores o promotores.
Las boletas carecen de esas virtudes, se prestan a maniobras y pasaron de moda, agregan quienes de esa forma se pronuncian a favor del modernismo.
Para los detractores de esas máquinas automáticas, Argentina, México, Japón, Alemania, España, Estados Unidos, y la mayoría de las naciones democráticas del planeta, no utilizan las urnas electrónicas porque sus fabricantes o usuarios ocasionales tienen la posibilidad de coimear a ingenieros para planificar fracasos o victorias de candidatos, en cualquier acto comicial.
Las urnas electrónicas no muestran sus votos a los electores, carecen de un sistema de prueba del sufragio y todo se "cocina" en un software o programa informático oculto, invisible y engañoso, agregan los críticos de esas llamativas máquinas con pequeñas pantallas de TV.
Las papeletas son mejores para sufragar porque exige una participación activa del elector para marcar el nombre del candidato. Con el voto de papel el sufragante sabe a quien eligió, agregan los enemigos de esos aparatos electrónicos.
Sostienen además que con las papeletas no se necesita de electricidad, ni de ingenieros informáticos.
Esas son las dos posturas que surgen en las discusiones preelectorales en torno a las papeletas y urnas electrónicas que plantean interrogantes como estas:
Si las urnas electrónicas son confiables, ¿porqué en Estados Unidos, una tradicional nación democrática, siguen utilizando papeletas en las elecciones?.
¿Porqué en Estados Unidos, un país fabricante de tecnología, prefieren las papeletas y no las urnas electrónicas?.
¿Se podrán programar derrotas o victorias con las urnas electrónicas?.
¿Qué opina usted?.
¿Quiere opinar?.
Las boletas carecen de esas virtudes, se prestan a maniobras y pasaron de moda, agregan quienes de esa forma se pronuncian a favor del modernismo.
Para los detractores de esas máquinas automáticas, Argentina, México, Japón, Alemania, España, Estados Unidos, y la mayoría de las naciones democráticas del planeta, no utilizan las urnas electrónicas porque sus fabricantes o usuarios ocasionales tienen la posibilidad de coimear a ingenieros para planificar fracasos o victorias de candidatos, en cualquier acto comicial.
Las urnas electrónicas no muestran sus votos a los electores, carecen de un sistema de prueba del sufragio y todo se "cocina" en un software o programa informático oculto, invisible y engañoso, agregan los críticos de esas llamativas máquinas con pequeñas pantallas de TV.
Las papeletas son mejores para sufragar porque exige una participación activa del elector para marcar el nombre del candidato. Con el voto de papel el sufragante sabe a quien eligió, agregan los enemigos de esos aparatos electrónicos.
Sostienen además que con las papeletas no se necesita de electricidad, ni de ingenieros informáticos.
Esas son las dos posturas que surgen en las discusiones preelectorales en torno a las papeletas y urnas electrónicas que plantean interrogantes como estas:
Si las urnas electrónicas son confiables, ¿porqué en Estados Unidos, una tradicional nación democrática, siguen utilizando papeletas en las elecciones?.
¿Porqué en Estados Unidos, un país fabricante de tecnología, prefieren las papeletas y no las urnas electrónicas?.
¿Se podrán programar derrotas o victorias con las urnas electrónicas?.
¿Qué opina usted?.
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