martes, 24 de agosto de 2010

Apariencia


Aquello de que la apariencia generalmente es el reflejo de la realidad, se da con justa razón con los edificios estatales proyectados y construidos en Asunción. Esa es la conclusión que nos ofrecen los aspectos del Palacio de Justicia, el Banco Central del Paraguay, varios ministerios y locales de otras instituciones educacionales.
Con dos imponentes torres, el marmolado Palacio de Justicia domina al paisaje del barrio Sajonia y desde un avión se lo ve como el único majestuoso complejo edilicio que posee Asunción. Su enormidad se asemeja a los hechos de corrupción se perpetran en ella, según las diarias denuncias públicas. La complejidad de sus pasillos, escaleras y oficinas son similares a los problemas o juicios que en ellas se ventilan.

La sede del Banco Central del Paraguay se parece más a un casino que al edificio de un ente emisor donde se elaboran o “cranean” políticas monetarias. Al mirar con detenimiento la fachada del BCP, cualquier observador puede convencerse de que está frente a la réplica de una casa de timba de Las Vegas.

El local de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, en Trinidad, no se parece al de una institución seria donde enseñan respetables sabios, pues las murallas, paredes y techos que muestra el inmueble se asemejan al de las oficinas administrativas de una estancia.

El Ministerio Público, que actualmente funciona en un edificio proyectado y construido para hotel, sobre la céntrica calle Nuestra Señora de la Asunción casi Eduardo Víctor Haedo, se parece a un pub.

El Ministerio de Industria y Comercio, que funciona en la sede del desaparecido banco Unión, sobre la avenida Mariscal López, tiene la apariencia de un shopping fuera de moda.

El Ministerio de Salud, situado sobre la avenida Pettirossi, presenta el aspecto de un reformatorio y, por ello, no puede inspirar esperanza ni confianza a los enfermos. Da miedo y mirarlo con detenimiento puede ser causante de un dolor de cabeza.

El Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) funciona en un remozado edificio donde un banco hizo multimillonarios negocios, fama que posteriormente se ganaron algunos representantes e inquilinos de ese céntrico inmueble, situado sobre Palma y 14 de Mayo.

El Ministerio de Hacienda (MH), en Palma, Chile y Presidente Franco, tiene un frontis que en parte se parece a una cárcel céntrica mientras el interior del complejo es igual a una comisaría gigante.

El local del Ministerio de Agricultura y Ganadería, sobre la céntrica calle Presidente Franco, inspira la representación que se espera del mismo porque tiene todas las características de un establo en plena ciudad.

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que actualmente funciona en otro local que fuera de un banco, el del desaparecido Nacional de Trabajadores, sobre 15 de Agosto entre Gral. Díaz y Haedo, se parece a una gigantesca caja negra. Su aspecto atemoriza y sugiere que en el interior del inmueble todo es misterioso y cuadrado.

El Ministerio del Interior, en la esquina de Manduvirá y Chile, increíblemente tiene la estampa de un edificio estatal señorial que inspira confianza y respeto, contraria a la imagen proyectada por las situaciones o hechos que sus responsables generan y administran.

Si esos contados edificios estatales ofrecen los perfiles comentados, ¿qué podrían hacer sus responsables para revertir esas percepciones ?.

- ¿Habrían pensado alguna vez nuestras autoridades en las apariencias apuntadas?.

- ¿Analizaron estos detalles nuestros arquitectos o ingenieros ?.

- ¿Qué apariencias tienen para usted otros edificios estatales?.

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