Según las crónicas de diarios que permanecen en algunas hemerotecas y libros con relatos escritos por testigos de tiempos históricos, el presidente Carlos Antonio López, quien gobernó Paraguay entre 1844 y 1862, compró al contado a Inglaterra buques, poderosas locomotoras a vapor, vagones de lujo de época, furgones de carga, rieles, maquinarias diversas y contrató a los mejores arquitectos, ingenieros, pintores, escritores y maestros europeos.
Después de esas compras y contrataciones, don Carlos fundó escuelas, creó imprentas, hizo construir edificios, ordenó el montaje de fábricas y dispuso la instalación y funcionamiento del primer moderno ferrocarril en América Latina.
Y así, en poco tiempo Paraguay se convirtió en una verdadera potencia sudamericana con un flamante veloz tren de pasajeros y cargas, cuyas vías cruzaban ríos, cerros, selvas y campos abiertos para llegar a pueblos que más tarde, se convirtieron en pujantes localidades. Gracias a los rieles del ferrocarril florecieron numerosas localidades mediterráneas paraguayas.
Don Carlos falleció, su hijo Francisco Solano le sucedió y el ferrocarril siguió creciendo hasta que en 1865 llegó la Guerra de la Triple Alianza y todo se destruyó. Las locomotoras dejaron de funcionar, las estaciones de tren se convirtieron en improvisados cuarteles de combatientes, la desolación y muerte se apoderó del Paraguay.
En 1870 finalizó la contienda y poco tiempo después el tren volvió a funcionar. Pasaron los años, las décadas, la centuria, y las vías del ferrocarril llegaron hasta Encarnación, el extremo sur de Paraguay. En la década de los 60, 70 y 80, el ferrocarril conoció su máxima expansión y con ella la pujanza de localidades instaladas a lo largo de las vías.
Actualmente, el 90 por ciento del ferrocarril paraguayo está desmantelado y solamente funciona un histórico y pequeño tramo comprendido entre un barrio de Asunción y la ciudad de Ypacaraí, utilizado para viajes turísticos. Viajar en tren es divertido, económico, relajante y hasta terapéutico, coinciden en señalar quienes confiesan haber participado de esos paseos dominicales.
Otros fanáticos del tren no ocultan su inquietud sobre el futuro del ferrocarril en Paraguay y se formulan estas preguntas:
- ¿ Se reactivará y ampliará el ferrocarril en Paraguay ?.
- ¿ Existe algún proyecto sobre el ferrocarril del futuro en el país?.
- ¿Tendremos alguna vez esos silenciosos y veloces trenes eléctricos con rieles que conecten a las principales ciudades del país?.
- ¿Se podrían utilizar las energías de Itaipú y Yacyretá para los futuros ferrocarriles paraguayos?.
- ¿Cuánto tiempo esperaremos para subir a un vagón de tren de pasajeros y viajar a través del Chaco en un cómodo sitio con bar propio e Internet a bordo?.
- ¿Qué piensan al respecto los gobernantes actuales, dirigentes políticos y candidatos a presidente?.
Y así, en poco tiempo Paraguay se convirtió en una verdadera potencia sudamericana con un flamante veloz tren de pasajeros y cargas, cuyas vías cruzaban ríos, cerros, selvas y campos abiertos para llegar a pueblos que más tarde, se convirtieron en pujantes localidades. Gracias a los rieles del ferrocarril florecieron numerosas localidades mediterráneas paraguayas.
Don Carlos falleció, su hijo Francisco Solano le sucedió y el ferrocarril siguió creciendo hasta que en 1865 llegó la Guerra de la Triple Alianza y todo se destruyó. Las locomotoras dejaron de funcionar, las estaciones de tren se convirtieron en improvisados cuarteles de combatientes, la desolación y muerte se apoderó del Paraguay.
En 1870 finalizó la contienda y poco tiempo después el tren volvió a funcionar. Pasaron los años, las décadas, la centuria, y las vías del ferrocarril llegaron hasta Encarnación, el extremo sur de Paraguay. En la década de los 60, 70 y 80, el ferrocarril conoció su máxima expansión y con ella la pujanza de localidades instaladas a lo largo de las vías.
Actualmente, el 90 por ciento del ferrocarril paraguayo está desmantelado y solamente funciona un histórico y pequeño tramo comprendido entre un barrio de Asunción y la ciudad de Ypacaraí, utilizado para viajes turísticos. Viajar en tren es divertido, económico, relajante y hasta terapéutico, coinciden en señalar quienes confiesan haber participado de esos paseos dominicales.
Otros fanáticos del tren no ocultan su inquietud sobre el futuro del ferrocarril en Paraguay y se formulan estas preguntas:
- ¿ Se reactivará y ampliará el ferrocarril en Paraguay ?.
- ¿ Existe algún proyecto sobre el ferrocarril del futuro en el país?.
- ¿Tendremos alguna vez esos silenciosos y veloces trenes eléctricos con rieles que conecten a las principales ciudades del país?.
- ¿Se podrían utilizar las energías de Itaipú y Yacyretá para los futuros ferrocarriles paraguayos?.
- ¿Cuánto tiempo esperaremos para subir a un vagón de tren de pasajeros y viajar a través del Chaco en un cómodo sitio con bar propio e Internet a bordo?.
- ¿Qué piensan al respecto los gobernantes actuales, dirigentes políticos y candidatos a presidente?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario